Cuando se coronó el Papa León X en Roma en 1514, el Rey Manuel I de Portugal le regaló un elefante blanco traído desde la India de nombre Hanno. El Papa aceptó el regalo por cortesía y le mandó hacer un edificio especial para mantenerlo encerrado en el Vaticano. Desde entonces se dice que un elefante blanco es cualquier cosa que cuesta mucho dinero mantener y no tiene ninguna utilidad (no sirve de nada).